Tuvieron lugar una serie de reacciones químicas espontáneas entre los componentes de la atmósfera hace unos 4000 millones de años. Para originar esas reacciones, fue necesaria una gran cantidad de energía que pudo obtenerse de las descargas eléctricas procedentes de las tormentas, de las intensas radiaciones ultravioletas procedentes del Sol y de las continuas erupciones volcánicas. De esta forma se sintetizaron moléculas orgánicas simples.Se produjeron lluvias intensas y continuas que formaron los mares primitivos. Las moléculas orgánicas formadas se fueron uniendo y dieron lugar a moléculas grandes, algunas de ellas fueron futuros componentes de los seres biológicos. Las moléculas biológicas obtenidas se aislaron del medio acuático en el interior de estructuras denominadas coacervadores, y se producía un intercambio con moléculas del medio. Algunos de los coacervados estables se dividieron y originaron otros semejantes. Para ello, se sintetizaron en su interior moléculas con capacidad de autoduplicarse . Desde esta síntesis, ya puede hablarse de un organismo, origen de todas las células.
La teoría de Oparin sigue siendo la más aceptada actualmente, aunque completada y con algunas modificaciones.

El experimento de Miller:
Algunas de las etapas de la teoría de Oparin han sido comprobadas experimentalmente. El científico norteamericano Stanley Miller intrujo en un recipiente una mezcla de los gases que, según se cree, existían en la atmósfera primitiva y aplicó descargas eléctricas de alto voltaje. Obtuvo varios compuestos orgánicos, entre ellos, aminoácidos. Redujo en el laboratorio las condiciones de la atmósfera primitiva, y obtuvo los compuestos orgánicos que dieron lugar a la vida.
Hay que tener en cuenta que el experimento de Miller no demuestra la teoría de Oparin en sí misma, pero sí que deja demostrado que podría haber aparecido vida biológica tras la formación de estas sustancias.
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